martes, 1 de septiembre de 2009

Educación bíblica: Ritual o Responsabilidad



Si bien las escuelas dominicales y estudios bíblicos que forman parte de la cultura de las iglesias protestantes y evangélicas, son para la instrucción de los cristianos y el conocimiento de Dios; se tiende a pensar que esta actividad solo pertenece a la esfera de lo eclesiástico y tiene una importancia menor que la educación secular. La educación secular, por lo que percibo, tiene el objetivo de instruir al individuo, para que sea alguien en la sociedad, tenga un buen pasar (buen futuro) y ser personas ilustradas. Creo que ambos son importantes, pero cuesta establecer las prioridades de ambas, por ejemplo, un muchacho recién egresado de la universidad tiene todo los valores adquiridos de la universidad, aunque suponemos que este profesional en su niñez y adolescencia tubo cierta formación bíblica aprendida en la escuela dominical, pero ¿Cuáles son los valores validos para este profesional?. Otro punto importante son aquellos que no tienen una formación académica universitaria, pero sus valores han sido adquiridos por el entorno social. Me temo que la educación bíblica de alguna manera solo se ha tornado como parte de una cultura evangélica tradicional pasando a un grado no muy importante.

En esto no quiero despreciar el estudio secular, que muchos los cursan solo por cumplir un programa del ministerio de educación, como también hay personas que realmente les interesa educarse. Sin embargo pretendo presentar que la raíz de la problemática surge en una de las esferas de la iglesia que llamamos familia.
Desde una tradición muy antigua, la iglesia a centralizado su labor educacional en los profesores y maestros de escuelas bíblicas (No hablaremos de la historia de esta tradición) lo cual no es negativo, de hecho, el Señor dio dones de enseñanza en la iglesia (Ro 12:7) e constituyo a los maestros (Ef 4:11). Estas personas son muy importantes en la iglesia (No meritoriamente) son los agentes humanos que Dios a determinado para la instrucción del pueblo de Dios, pero una mala costumbre del pueblo es delegar toda la responsabilidad educativa sobre estas personas. En el tiempo que llevo en el evangelio, se piensa que es el profesor de escuela dominical el que debe educar a los niños y adolescentes de la iglesia.

Principio Básico.

Las Sagradas Escrituras dicen:

Deuteronomio 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

Notemos un principio básico. La dinámica bíblica funciona de esta manera: primero Moisés recibe la instrucción, luego éste debe enseñarla a sus hijos y generaciones. Por lo general los padres no asumen la labor educativa de instrucción o de enseñanza de las Sagradas Escrituras a sus hijos. Se piensa que enseñar las Escrituras es solo enseñar valores y moralejas, pero no la profundidad de los principios bíblicos y esto pasa en algunos casos o por la mayoría de los casos, por la falta de instrucción de los padres aunque no negamos que haya dos factores importante, la calidad de la enseñanza del maestro y la disposición de recibir la enseñanza de los padres. (Solo me dedicaré a la disposición de los padres).

Se ha buscado muchas formas de ser atractivos para instrucción de los niños y jóvenes en la labor educativa bíblica, muchos padres acusan a los profesores de ser ineficiente, porque aun creen que debe ser el maestro de escuela bíblica o el pastor que debe cambiar la conducta del niño a través de la enseñanza bíblica. Pero el principio que nos enseña Deuteronomio es: que la labor educativa le corresponde a los padres, son los que deben instruirse y asumir su roll.
Otro texto importante es el de Proverbios:

Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Nuevamente Salomón entiende este principio fundamental de los padres de instruir a sus hijos, es un principio que no ha sido abrogado. Para el mundo Bíblico la instrucción en las Escrituras era Fundamental. Hoy los padres no han asumido el deber que les corresponde como administradores del Señor, el joven y el niño pasa más tiempo en la televisión que instruyéndose en la Palabra de Dios. Un dicho popular dice: dime como es tu hijo y diré quienes son los padres.
Es muy triste ver que muchos de los padres que son miembros de iglesia no les interesa instruirse, solo les interesa el debate abstracto, subjetivo, discusiones etc…, pero no tienen en sus manos un colador para entregarles lo mejor de la enseñanza a sus hijos y familia en general. Creo que no es una excusa decir que no tenemos los materiales, recursos y el tiempo para nuestra preparación bíblica. Muchas personas que realmente están interesadas por sus familias y por la instrucción en las verdades bíblicas, buscan y se esfuerzan por aprender e instruirse y dar de comer a sus hijos y familia. En el tiempo, he conocido a muchas personas que son preparadas en la palabra de Dios, son autodidactas, y es más, tienen mucho más conocimiento que un estudiante y pastor egresado del un seminario teológico.

Conclusión
Como hemos dicho, no menospreciamos la educación secular, pero los que son padres deben asumir su responsabilidad y tomar en serio la educación bíblica como la educación secular: primero en instruirse, un dicho que se usa mucho cuando un soldado cree que no tiene las herramientas es “Agotar los medios”, esforzarse, sacrificarse, para eso están los lideres de la iglesia para que ustedes como padres adquieran las herramientas necesarias para la instrucción de sus familias. No es la responsabilidad de los profesores de escuela bíblica el educar a sus hijos, son ustedes. Y es mas nuestra propia constitución de la republica de Chile establece algo similar :
“Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho” Capítulo III De los Derechos y Deberes Constitucionales. Art. 19, 10º inciso 2
Hermanos las Escrituras son claras no huyamos de nuestra responsabilidad, asumámosla.